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La revolución de la impresión 3D en la sanidad y la medicina
La revolución de la impresión 3D en la sanidad y la medicina

Impresión 3D, una revolución en el ámbito sanitario

La impresión 3D es una de las grandes tendencias de los últimos años en el campo tecnológico. ¿Pero qué impacto está teniendo esta revolución en el terreno sanitario? ¿Cómo evolucionará la medicina gracias a esta nueva técnica?

La impresión 3D es una de las grandes tendencias de los últimos años en el campo tecnológico. ¿Pero qué impacto está teniendo esta revolución en el terreno sanitario? ¿Cómo evolucionará la medicina gracias a esta nueva técnica?

Hace poco más de un año fundé Medmake con mi compañero, también ingeniero biomédico, Joan Puig. Medmake es una iniciativa empresarial que ofrece a profesionales sanitarios servicios y productos de impresión 3D. Hasta la fecha, hemos mostrado a más de medio centenar de profesionales cómo convertir imágenes de tomografía, resonancia magnética o ecografía 3D en modelos anatómicos que, después, se pueden imprimir. Nuestro objetivo es ahora seguir creciendo y llevar nuestra oferta formativa al máximo número de centros hospitalarios españoles.

Gloria Macià tiene 22 años y es ingeniera biomédica. Colabora activamente en el movimiento Girls In Lab, dedicado a promover vocaciones tecnológicas en las niñas y formar una nueva generación de chicas techies
Glòria Macià en uno de los talleres de Girls in Lab

Estas colaboraciones con los médicos también resultan muy interesantes para nosotros porque la interacción diaria con ellos nos ayuda a comprender mejor sus necesidades profesionales. Un ejemplo de éxito es la colaboración con el equipo de cardiólogos intervencionales del Hospital Clínic (Barcelona) para mejorar el sistema de planificación actual de intervenciones TAVI, una novedosa técnica para el reemplazo de la válvula aórtica del corazón. Nuestro trabajo ha sido publicado en la revista científica The International Journal of Cardiovascular Imaging y ha sido presentado recientemente en el 28º Congreso de la Sociedad Catalana de Cardiología.

A día de hoy, en Medmake estamos ya colaborando con los traumatólogos del Hospital Universitario Parc Taulí (Sabadell) y a punto de poner en marcha un proyecto en el ámbito oftalmológico con el Hospital Sant Joan de Déu – Althaia (Manresa). En los tres casos mencionados, la impresión 3D se usa como herramienta para planificar la intervención, con lo que se hace tangible el impacto que ya está teniendo tal técnica en el campo médico.

Otra aplicación de la impresión 3D en la medicina que ya es una realidad son las prótesis. Yo misma colaboro en dos iniciativas solidarias, E-nabling The Future y The Hand Challenge, encaminadas a elaborar prótesis de mano para niños de todo el mundo que carecen de medios económicos para adquirirlas. Estas prótesis se diseñan no sólo de acuerdo con las dimensiones físicas del niño sino también conforme a sus gustos. Una vez ensambladas, las prótesis se envían primero a los Estados Unidos y, desde allí, se distribuyen al resto del mundo.

Además de las prótesis, otro campo con muchísimo potencial es la industria dental. Según un informe de SmarTech, se prevé que, en el mercado odontológico, la impresión 3D alcance $3,1 billones en 2020.

Otro ejemplo de aplicación de la impresión 3D en el campo sanitario consiste en la fabricación de material médico in situ en casos en los que sea difícil o demasiado costoso obtenerlo por los medios convencionales. Equipos como iLab/Haiti han imprimido pinzas de cordón umbilical para hospitales locales de la citada isla caribeña.

Finalmente, la impresión 3D es también una alternativa muy interesante para la pedagogía en el caso de los estudiantes y para la formación permanente de profesionales sanitarios, puesto que brinda la posibilidad de profundizar en la anatomía humana sin la necesidad de utilizar cadáveres, lo cual es esencial en países donde el uso de estos está prohibido por razones culturales o religiosas.

En conclusión, soy de la opinión de que la impresión 3D tiene mucho potencial en el ámbito sanitario como resultado de su propuesta de valor de «personalización a bajo coste». Es para mí, pues, muy ilusionante poder formar parte de su avance.

Glòria Macià tiene 22 años y es ingeniera biomédica.

Es fundadora de Medmake y colaboradora activa en el movimiento Girls In Lab,

dedicado a promover vocaciones tecnológicas en las niñas y formar una nueva generación de chicas techies.

Glòria Macià

Glòria Macià

Glòria Macià tiene 22 años y es ingeniera biomédica. Es fundadora de Medmake y colaboradora activa en el movimiento Girls In Lab, dedicado a promover vocaciones tecnológicas en las niñas y formar una nueva generación de chicas techies.

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